Peregrinación de la reliquia del corazón de san Vicente de Paúl
El 25 de enero de 2017, la reliquia del corazón de San Vicente sale en peregrinación, comenzando por su amada Francia para ir a las “periferias del mundo”.
El corazón de San Vicente de Paúl fue extraído, dada su condición de reliquia, inmediatamente después de su muerte.
La duquesa de Aiguillon ofreció un relicario de plata que luego fue puesto cuidadosamente dentro de una urna.
Cuando acaeció la beatificación de San Vicente el 13 de agosto de 1729, el cuerpo y el corazón fueron puestos sobre un altar en la casa de San Lázaro durante su fiesta del 27 de septiembre.
El 13 de julio de 1789, en tiempo de la Comuna, el superior general, P. CAYLA, confió la reliquia al P. Siccardi, su asistente, quien logró llevarlo hasta Turín escondido dentro de un libro hueco.
Por petición del cardenal Fesch, la reliquia llega a Lyon el primero de enero de 1805.
El 15 de febrero de 1947, la hermana Blanchot, superiora general de las Hijas de la Caridad, se reúne con Monseñor Gerlier, cardenal de Lyon, para expresar su deseo: “Usted sabe que el corazón de San Vicente se apareció varias veces a (sor) Catalina (Labouré), nos gustaría que estuviera presente durante la glorificación de nuestra Santa”.
Al no recibir una rápida respuesta, impaciente, la Madre General recurre a la comunicación telefónica pero el servicio de comunicación se encuentra en huelga, salvo para urgencia médica. “URGENCIA DEL CORAZÓN” – responde la Madre y al momento vía telefónica “Magnificat!” es autorizada a llevar la reliquia.
La reliquia se encuentra en la actualidad sobre el altar dedicado a San Vicente en la capilla Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa en París, 140 rue du Bac. Si desean invitar a San Vicente a sus parroquias, contáctenos:
Pèlerinage du cœur de Saint Vincent de Paul
140 rue du Bac – 75007 Paris
Tél. 06 47 86 15 08
Courriel reliquecoeursvp@cfdlc.org
San Vicente de Paúl (de ahí el nombre de “misioneros paúles”), a pesar de las comprensibles limitaciones propias del tiempo en el que le tocó vivir (siglo XVII), tuvo un gran aprecio por la comunicación: llegó a escribir más de treinta mil cartas (alguna llegó a su destinatario varios meses después de su muerte). 
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