Una misión parroquial conjunta en la Sierra Sur de Jaén
“Los tres íbamos a predicar y a tener misiones de aldea en aldea. Al marchar, entregábamos la llave a alguno de los vecinos o le rogábamos que fuera él mismo a dormir por la noche en la casa«. (SVP; IX,327)
Algo similar ha ocurrido durante estos días de septiembre donde hemos salido a misionar tres equipos: el de Claretianos de la Provincia de Fátima y los dos de Paúles de las provincias españolas. Hemos continuado la misión parroquial en su cuarta fase: siembra. La experiencia de compartir labor misionera, combinar metodologías de trabajo y convivir como comunidad ha sido más que positiva.
La Sierra Sur de Jaén es la comarca que abre la puerta a las provincias andaluzas de Granada, por el sur, y Córdoba, por el oeste. Bañada de un precioso mar de olivares, entre sus municipios, se encuentran los de Castillo de Locubín y Alcalá la Real. En ellos hemos estado misionando, del 15 al 24 de septiembre, en la etapa de siembra de la misión parroquial de tres núcleos poblacionales: Castillo de Locubín y Ventas del Carrizal (municipio del mismo nombre del primero) y Charilla (aldea perteneciente a Alcalá la Real).
Las actividades habituales de la etapa misionera de siembra se han celebrado en los tres pueblos: visita a enfermos, encuentro con diferentes asociaciones e instituciones, la escuela de oración, las reuniones de las Asambleas cristianas en las casas, la predicación, la eucaristía misionera y la convivencia de las tres comunidades parroquiales misionadas el sábado 23 de septiembre en el Nacimiento del ría San Juan.
La riqueza de estos días han sido las particularidades de cada lugar que se relatan a continuación:
Castillo de Locubín
Los encargados de este núcleo han sido los PP. Claretianos Pedro Cabrera (que sustituyó a Antonio Ávila) y José Ramón García; y la hermana sor Rosalina.
Al ser la localidad con más población (cerca de los tres mil habitantes), y de edad avanzada, el número de visita a enfermos ha sido la más elevada.
Por otro lado, la asistencia a las actividades ha sido superior a la de los otros núcleos, al igual que la recepción del sacramento del perdón. Del mismo modo, han sido 17 las asambleas que se han reunido por las casas en esta semana.
Para todo ello, los misioneros que estábamos en los otros dos pueblos hemos echado una mano en alguna de las actividades cuando los hermanos claretianos nos han requerido.
Ventas del Carrizal
Ahí estuvieron presentes nuestros cohermanos el P. Manuel Botet y el Hno. Paco Berbegal; y la hermana sor Amelia.
Los misioneros asistentes han descubierto que se ha cumplido el objetivo de las etapas anteriores ya que se han multiplicado el número de las asambleas cristianas que pasaron de dos en la etapa de revitalización a cinco en esta etapa de siembra. También, ha destacado el hermoso coro animado por Lourdes, una chica con mucho carisma misionero.
Todo ello, a pesar de ser un lugar de poco más de trescientos cincuenta habitantes.
Charilla
En esta aldea hemos prestado nuestro servicio los PP. Alexis González y José Luis Cañavate; y la Hermana sor Ana.
La bella Ciudad Flora, tal como la bautizaron los romanos. Al entrar a esta sencilla aldea se puede leer: “Bienvenidos a Charilla, el tesoro entre olivares”. Y es que en 1977 se encontraron unas preciosas joyas califales que ahora descansan en el museo provincial de Jaén.
Tienen como protectores al arcángel san Miguel y a la Virgen del Rosario. Aunque nadie supo afirmármelo, creo que el origen del nombre del poblado procede de la propia advocación mariana por algo muy sencillo. A algunas mujeres que portan el nombre de Rosario se las llama Charo, de Charo el diminutivo -illa, surge Charilla. De hecho, se conservan los antiguos lavaderos que se llaman: “Fuente de la Charilla”. Aunque todo eso es una mera hipótesis personal nada constatada por la historia.
En estos días de trasiego por sus calles y de compartir con sus gentes (cerca de quinientos habitantes) hemos disfrutado de la calidez humana de los vecinos y de la hospitalidad sencilla de la buena gente de esta zona rural.
Por otro lado, es en el único pueblo donde han respondido positivamente los jóvenes. Hay que decir que sólo estaba programada una reunión el martes por la tarde. Ellos mismos pidieron volver a reunirse, cosa que hicimos el jueves. El sábado, algunos, junto con sus padres, se acercaron a la convivencia preparada para las tres parroquias y el domingo, asistieron, la mayoría, a la eucaristía de final de la etapa de siembra. Son jóvenes con un sentido profundo y positivo de la vida, sencillos, educados, responsables y con una visión esperanzadora sobre el futuro.
Otra cosa que destaca de Charilla es el gran arraigo de sus gentes al pueblo. Varias personas están pasando el tiempo de verano en su localidad natal y no han dudado en participar de la actuación apostólica de estos días. Asimismo, se descubre la inmensa colaboración desinteresada de toda la aldea sobre su parroquia, aunque no participen asiduamente de los sacramentos.
Junto a nosotros han estado presentes las hermanas de Marta y María que nos han aportado la frescura de su joven carisma al servicio de la actividad parroquial y la alegría de la joven Iglesia centroamericana.
Se puede decir, sobrescribiendo a san Vicente de Paúl que la gente buena y sencilla nos evangeliza y nos ayuda a vivir con fortaleza nuestra vocación misionera.
Pedimos para que la cosecha de la aceituna sea provechosa para estas gentes que nos alimentan y nos ofrecen el rico aceite de oliva. Y rezamos por nuestros equipos misioneros que caminan juntos en España con una visión sinodal y una misma inquietud apostólica según tuvieron y vivieron nuestros respectivos fundadores en sus diversas épocas.
Josico Cañavate, CM.
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