«Una visita ecuménica» (Parroquia San Vicente de Paúl – Cartagena)
En medio de la monotonía de las programaciones ordinarias aunque sean variadas, el mes de Noviembre nos ha traído a la ciudad de Cartagena y a ésta parroquia de San Vicente de Paúl el velero Elida V, que ha surcado mares con su cargamento habitual de música y oración abierta a todos los creyentes. Es un velero ecuménico que habitualmente cumple el ministerio de dar a conocer a Jesucristo. Su lema es “Sailing for Jesus”. El Elida es el mayor velero de Suecia, con 40 mts. de eslora y mástil de 45 de altura. Pertenece a la fundación cristiana Elida cuyo objetivo es dar a conocer a Jesucristo por los puertos de toda Europa. Es un velero ecuménico y por tanto abierto a todos, en especial a los cristianos. A veces realiza travesías con jóvenes en circunstancias difíciles. Se ora, se canta, se invita a conocer y amar a Jesucristo.
Los jóvenes de confirmación y catequistas de San Vicente de Paúl fuimos invitados a convivir un día con ellos. En sus visitas a Cartagena han conocido la realidad de un grupo ecuménico que se reúne a orar cada último sábado de mes en esta parroquia. Tras la visita de nuestros jóvenes, el mismo sábado por la tarde, asistieron a la oración ecuménica. Al día siguiente, domingo, se presentó la tripulación con su capitán y dos pastores en la celebración de la Eucaristía de las 11 horas. Iban acompañados de un grupo de jóvenes suecos. Les invité a explicar brevemente en inglés el evangelio proclamado, para una mejor comprensión de todos los componentes del velero. Fue una experiencia fraternal que se ha ido fraguando desde la experiencia acumulada por el barco Elida y por el grupo ecuménico de la ciudad, que tiene como “base” esta parroquia y a un servidor encargado del área ecuménica. De aquí zarparon con los jóvenes suecos que llevaban en la travesía, al puerto de Málaga para que regresaran a sus respectivos países. Retornó la tripulación a Cartagena y de nuevo el domingo, se acercó a celebrar la Eucaristía con nosotros y a despedirse por el momento.
Ahora, el velero descansa en el puerto de Cartagena. Es éste el lugar de permanencia durante el invierno. Nos hemos comprometido a volver a reencontrarnos antes de la primavera y a orar juntos en mar y en tierra.
Les llaman misioneros del mar. Sugerente título para proclamar a Jesús en la casa común que es el mundo (ecúmene.).
En términos de la mar les deseamos: “viento largo, mar calma y estrella clara”.
Felipe García Olmo, C.M.
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