Acontecimiento: el sol existe
Aunque el más famoso sol es el de «Antequera» no por ello es menos plausible el que hoy nos ha salido por el «Pagasarri». Teníamos la memoria cuasiperdida de su existencia. Bienvenido sea aunque la amenaza de su ocultamiento se cierne para el jueves. ¡No somos nada! Aprovecharemos el par de días. De momento, los patios rebosan de «niñería» gritona y saltarina. Olfatean las vacaciones. Instinto animal.
En tanto, los alumnos/as de 2º de Bachillerato se muerden las uñas en vísperas de la Selectividad. Un buen grupo permanece en las instalaciones del Colegio preparando los exámenes. Algunos aprovechan para desahogar sus miedos. La máquina de café lo agradece. También la supresión de las clases. Quiérase o no, se les echa en falta. Algunos/as llevan en el Colegio quince años. Son la 50 Promoción. Adolescencia retrasada, signo de los tiempos actuales. Harán una buena selectividad.
Se nos van los días con reuniones. No lo recoje el Eclesiastés pero pudiera remedarse lo de «un tiempo para reir, un tiempo para llorar»… En este caso un tiempo para reunirse y otro para continuar la reunión. Incluso la propia comunidad la tuvo el pasado sábado con el objetivo, entre otros, de planificar el mes de vacaciones. Nadie se abstuvo. Mostró su voluntad («a lo gallego») el ausente Rogelio que, me lo temo, llegará a dominar la técnica de la bilocación y, con ella, la posible incoación del proceso de beatificación o santificación o glorificación. De momento, le hemos pedido se traiga algo para paliar su «escaceo» de las últimas rutas del vidrio.
Cumplimos con las capellanías de la Residencia Miranda, Algorta, Hermanos de la Salle y Sociedad San Vicente de Paúl. Las Parroquias dan los últimos pasos del curso.Nos visita el P. David Carmona. El P. don Luis, finalizadas las «misa y olla» de las primeras comuniones, alarga su amplia sombra con las Voluntarias, coro de Parkinson, Comunidades Catecumales y…¡novedad»… una peregrinación a Santa Casilda (Briviesca) en acción de gracias por su anual restablecimiento. Nos consta no anduvo muy lejos el señor superior de Pamplona. No hay crónica. El cansancio lo delata. Esperamos respuesta a la invitación del próximo 27. ¡Imprescindible!… No se me olvida recordar a Don Abel Merino, profesor emérito, fallecido el sábado pasado.
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