Albacete celebra el inicio del 400 aniversario de la fundación de la CM
El 25 de enero es un día marcado para la Congregación de la Misión. San Vicente de Paúl lo propuso como el inicio espiritual del carisma que el Espíritu Santo le suscitó para el servicio de los más necesitados de la sociedad.
Más si cabe, este año 2025, ha significado una efeméride con un remarque especial al comenzar el jubileo de nuestro cuarto centenario. En Albacete lo celebramos con sencillez y solemnidad en la Eucaristía de ese mismo sábado, la cual estuvo presidida por nuestro arcipreste Javier Avilés.
Estuvimos buen acompañados por miembros de todas las ramas de la familia vicenciana de nuestra ciudad junto con los feligreses de nuestras dos parroquias y voluntarios de la pastoral penitenciaria. Nuestro arcipreste destacó en su homilía, con cariño y gratitud, tres aspectos que él ha descubierto en los misioneros: la presencia entre los necesitados, la apertura a la vida diocesana y la disponibilidad.
Del mismo modo, una de las feligresas nos emocionó con su Acción de Gracias al Señor por nuestra presencia en Albacete que viene a continuación:
“Esta tarde, otra ocasión para reunirnos en comunidad y estar agradecidos, Señor. Gracias por la Congregación de la Misión y gracias por los misioneros paules, porque los llamaste a seguir construyendo tu Reino, siendo testigos del Evangelio y no dudaron, se fiaron de Ti y dijeron SI, convirtiéndose en amigos fuertes de Dios para sostener a los más débiles como escribió Santa Teresa.
Qué importante y necesarias son esas personas que Dios nos va presentando y poniendo a nuestro lado, que son faro cuando hay oscuridad, que guían cuando estamos perdidos, que abrazan cuando estamos abatidos, que aconsejan cuando dudamos, que animan en la tristeza, que sostienen y levantan cuando caemos, que oran por nosotros y con nosotros.
En este mundo en que vivimos que difícil es tener un momento para el prójimo, un momento en una habitación del hospital, un momento en la calle, un momento en una sacristía, un momento en un calabozo, en la cárcel…., un momento es una historia jamás contada, sólo conocida por el que se para a estar cerca, a escuchar, por ese amigo fuerte de Dios, por ese Paul que nos brinda su confianza, que nos aprieta la mano, que reza, un momento es un bautismo, una comunión, una boda llena de fotos, una sala de hospital donde el enfermo espera la llegada de “su ángel”, una visita a un centro penitenciario, un acompañamiento para regularizar la situación de un inmigrante en un nuevo país……
Y así se van multiplicando los momentos de cada jornada, imaginaos 400 años, y el corazón del Paul cuando más se da más se agranda.
El Paul es Cristo pasando y amando al más necesitado, cualquiera que sea su necesidad, estando dispuesto a salir allí donde lo necesitan …..PORQUE POBRES SOMOS TODOS.
Gracias, a todos los Paules que a lo largo de estos años habéis creado momentos, habéis dado vida, habéis hecho comunidad, los que estuvieron y están ahora en otras comunidades llevando testimonio de vida y los que han partido a la casa del Padre. Siempre unidos en la Misión. GRACIAS SEÑOR”.
Indignos servidores somos siempre guiados por la divina providencia. A ella nos encomendamos desde la confianza de nuevas vocaciones a nuestra comunidad apostólica.
Josico Cañavate, C.M.











San Vicente de Paúl (de ahí el nombre de “misioneros paúles”), a pesar de las comprensibles limitaciones propias del tiempo en el que le tocó vivir (siglo XVII), tuvo un gran aprecio por la comunicación: llegó a escribir más de treinta mil cartas (alguna llegó a su destinatario varios meses después de su muerte). 


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