Celebración del comienzo del 4º Centenario de la Fundación de la Congregación de la Misión en Zaragoza

El pasado fin de semana, las comunidades vicencianas de Zaragoza Casablanca y Boggiero y toda la familia vicenciana, dimos comienzo al cuarto centenario de fundación de la Congregación de la Misión, un año jubilar que marca 400 años de entrega, vocación y compromiso con los más necesitados por parte de la Pequeña Compañía. El clima de fraternidad y esperanza, tan característico de la Familia Vicenciana, impregnó cada uno de los actos organizados para conmemorar esta fecha tan significativa.

Ya habíamos comenzado a preparar y reflexionar sobre este acontecimiento hace algún tiempo, en los encuentros intercomunitarios de formación previos; y más recientemente, el pasado jueves, en la exposición parroquial del Santísimo Sacramento, que tuvo un tinte especialmente vicenciano y vocacional.

La jornada del sábado 25 de enero, fiesta de la Conversión de San Pablo, fecha emblemática de la fundación de la Congregación, congregó a los misioneros y estudiantes que peregrinamos y compartimos camino en la tierra de Zaragoza en un ambiente de alegría, unidad y fraternidad. En la comunidad de Casablanca nos reunimos para compartir una elaborada comida que fue, sobre todo, un verdadero encuentro, en el que intercambiamos tanto el recuerdo agradecido como desafíos realistas para el presente y aspiraciones proyectadas para el futuro de la Misión.

El día 26, domingo de la Palabra de Dios, la parroquia San Vicente de Paúl fue el escenario de una Eucaristía presidida por el vicario general de la diócesis de Zaragoza, D. Rubén Díaz Silleras. En su homilía, destacó la relevancia histórica y actual de la Congregación de la Misión y de la Familia fundada e inspirada por San Vicente de Paúl, haciendo énfasis en su generosa labor de evangelización y caridad, y apoyándose en la reciente encíclica Dilexit nos del Papa Francisco sobre el amor humano y divino del Corazón de Cristo.

La Eucaristía no solo congregó a la Familia Vicenciana CM, HC, AIC, AMM, Misevi, sino también a otras realidades eclesiales vinculadas al barrio y a la parroquia como las Hermanas de Consolación y las Salesianas. Al concluir la misa, los asistentes fuimos invitados a un ágape en los salones parroquiales, donde pudimos saludarnos.

Con esta serie de actos se ha dado inicio al año jubilar, un tiempo de gracia y celebración en el que se profundizará en el rico legado de San Vicente de Paúl y su mensaje de esperanza para los más pobres de nuestro mundo.

Manuel Moras

Etapa Acogida – Zaragoza