Nueva vida en el centro penal de Puerto Cortés

C4Con fe  y alegría, diez privados de libertad recibieron los sacramentos de bautismo, primera comunión y confirmación, ahora siguen con una vida renovada.

“Nada es para siempre”, es una frase que hemos escuchado y que cabe en la vivencia de un grupo de privados de libertad que ingresaron de una manera y ahora han cambiado, le han dado un giro a su vida.

Entrar a una cárcel de visita suele impactar, más sí es en Honduras, donde apenas hay espacio para transitar una después de la otra persona. En el centro penal de Puerto Cortés se encuentran 230 internos, cinco son mujeres. En el edificio no  hay espacios para rehabilitación o talleres, sin embargo los privados de libertad, como decimos en Honduras, “se las ingenian” para elaborar hamacas, carteras y artesanías, para venderlas y adquirir algún ingreso económico.

Por invitación del sacerdote vicentino Carmelo Velloso visité este centro penal de los porteños junto al Obispo Ángel Garachana. Ingresamos por una puerta de barrotes que nos condujo a través de un pasillo con poca luz, piso de concreto sin ningún acabado. Caminamos hasta pasar por las pilas de lavar ropa, arriba de las pilas colgaban las prendas esperando secarse con el calor de un sol que no requería de mucho tiempo para que cualquier humedad se evaporara.

El lugar donde sería la misa, parecía como cuando decoran en la casa para la fiesta de cumpleaños de un ser querido. Papel de colores, cintas y  flores transformaron un espacio donde todos los días es usado para estirar los hilos con los que tejen hamacas y otros productos.  Todos los internos, creyentes y no creyentes colaboraron, deteniendo la producción de ese día para dar espacio a un momento de renovación.

Inició la misa y el lugar se llenó de paz. El padre Carmelo dio la bienvenida y presentó al obispo y ante la asamblea a diez hombres que ese día renovaban su vida. “Desde hace dos años, acompañados por los miembros de la Pastoral Penitenciaria, ellos han estado recibiendo semanalmente una formación más intensa varios días a la semana: los lunes el estudio del Catecismo de la Iglesia Católica, los jueves formación espiritual, los viernes por la mañana, estudio bíblico, y por la tarde la Lectio Divina del Evangelio del domingo”.

El padre Carmelo destacó que de todos los asistentes a las reuniones, fueron elegidos estos diez para celebrar los sacramentos de la Iniciación Cristiana, quienes en octubre del año pasado, fueron elegidos y celebraron el Rito de Entrada en el Catecumenado. “Desde entonces la exigencia ha sido más intensa, supervisando siempre su asistencia y animándoles a la oración y a llevar un comportamiento moral coherente con la fe cristiana. Esta preparación se ha intensificado con la profundización de los fundamentos cristianos durante estos últimos meses”.

El obispo en la homilía enfatizó en que “por el bautismo morimos con Cristo el pecado y vivimos la vida nueva con Jesús resucitado. Por eso donde hay un bautizado hay un pequeño cielo en la tierra, donde hay un bautizado hay un pequeño cielo en el centro penal. El sacramento los une a Cristo liberado del pecado, la vida nueva, somos mortales pero con la vida eterna en nuestro corazón”.

“Ustedes son ejemplo en el centro penal,  son un testimonio para los demás privados, incluso para la parroquia y para la sociedad,  signo de cómo el Espíritu Santo puede renovar el corazón y la vida de las personas. Es posible cambiar con la gracia del Espíritu Santo y ser personas nuevas. Nadie queda marcado para siempre, cada día podemos renovarnos”, expresó con seguridad Monseñor Garachana.

Seguimiento

Los nuevos cristianos están motivados a continuar con las reuniones de la pastoral penitenciarias. Con la ayuda de los Delegados y Ministros de la Comunión podrán celebrar la Palabra cada 15 días, y recibir con esa ocasión la comunión cada quince días.

Además, otros podrán optar por  recibir los sacramentos de iniciación, para eso habrá catequesis de formación específica durante un periodo de dos años.

Con los que han recibido los sacramentos de iniciación cristiana, tendremos celebración de la Eucaristía todos los meses.

Testimonio

“El mismo día trece, volvimos a reunirnos como todos los viernes, no les pedí ningún testimonio por escrito pero expresaron la gran emoción que habían sentido, la satisfacción de poder recibir la comunión después de varios años deseándola, la fuerte impresión con la imposición de las manos por parte de Monseñor o la participación y el respeto mostrado por el resto de los compañeros del penal. Estaban felices, no se les hizo largo y hubiera deseado que durara más todavía”, narra el P. Carmelo Velloso, C.M.

Datos: Bautizados y confirmados:

Hernán López, José Manuel Mesa, Donis Estid Hernández, Francisco Jirón, Nelson Juárez,  Julio Armando Chávez, Juan Carlos Orellana, Manuel Pinto, Salvador Enrique Murillo, Walter Hernández

Catequistas:

Rosa Ríos, Julia Angélica Torres, Zoila de Castellanos, Mirian Chavarría, Irma Posadas, Lilian Rivera, Lesbia Escalón.

 

LOS BARROTES NO LES IMPIDEN SEGUIR A CRISTO

            Los barrotes no les impiden seguir a Cristo y comenzar una vida diferente, basada en el compromiso cristiano. Una fe fortalecida desde la penitenciaría de Puerto Cortés.

Detrás de los fríos muros del Centro Penitenciario de Puerto Cortés, brillaron los corazones de quienes encontraron un nuevo camino donde menos lo imaginaron encontrar. Diez internos y una voluntaria de la Pastoral Penitenciaria que asiduamente les visita, vivieron una experiencia única e inolvidable que ha marcado sus vidas y fortalecido su decisión y compromiso cristiano.

La vida de estos cristianos ha tomado un giro importante desde la Fiesta de Nuestra Señora del Merced, Patrona de los Privados de Libertad. “Los internos del Centro Penitenciario fueron testigos, por primera vez,   de un acontecimiento que nos sumerge en los primeros siglos del cristianismo con la celebración del Rito de Entrada al Catecumenado de Adultos (según la metodología del RICA)”, explica el sacerdote Carmelo Velloso, de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús.

            FORMACIÓN

Algunos recibieron una formación de seis meses y otros de un año. “Han venido preparándose mediante el anuncio del kerigma para responder a la llamada a la conversión que exige el seguimiento de Jesucristo, el Señor, y continuar decididos el itinerario catecumenal hasta la próxima Fiesta Pascual en la que recibirán los sacramentos de iniciación cristiana”, agregó el sacerdote vicentino.

Semanalmente continuarán recibiendo la catequesis, los lunes para aprender los fundamentos básicos de la enseñanza de la Iglesia Católica;  los jueves, para profundizar el seguimiento de Jesucristo y compartir su experiencia espiritual;  los viernes por la  mañana, formación bíblica y por la tarde la Lectio Divina del Evangelio del domingo.

“En un espacio muy reducido, digno y con un cálido ambiente familiar,  hubo que encajar la solemnidad del Rito de Entrada sin que perdiera profundidad, belleza y densidad espiritual. Impactaba la madurez y viva emoción contenida de los candidatos, llamados a continuar el itinerario catecumenal”, señala el padre Velloso.

El sacerdote resalta la vida de estos privados de libertad quienes desde su dura realidad viven con Cristo en su corazón. “Felicidades a todos los catecúmenos y candidatos por su valiente testimonio en medio de un ambiente de indiferencia, de críticas e, incluso, de persecución. Cuenten siempre con la Iglesia, su familia”, cometa el sacerdote vicentino.

            TESTIMONIOS

             “Cuando caí estaba como enojado, no quería ni comer. Antes era un muchacho rebelde. Nadie me había hablado de la Palabra de Dios. Ahora, después de diez meses me siento contento, me he tranquilizado y conozco un poco más la Palabra de Dios” José Manuel Mesa.

            “Estoy muy contento. Por fin, después de varios años, veo que se va a realizar mi sueño de recibir la comunión y confirmación ya que fuera no pude realizarlo. La experiencia del rito de Entrada fue una experiencia maravillosa, una oportunidad para ser una persona mejor. El momento más importante para mí cuando me impusieron la cruz y la  madrina hacía la señal de la cruz en nuestro cuerpo para limpiarnos y purificarnos”. Juan Carlos Orellana.

            “Gracias a la Iglesia Católica que viene a darnos es enseñanza de catequesis que nunca pensé recibir. Me impresionó que me pusiera una madrina y que me dieran una crucecita. He sentido bastante un cambio en mi vida y deseo poder seguir siempre adelante. Es importante que vengan siempre las hermanas a darnos esta enseñanza y fortaleza”.  Nelson Juáre.

Texto y fotos: Johanna Kattan

jokattan@suyapamedios.com

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David Carmona, C.M.

David Carmona, Sacerdote Paúl, es canario y actualmente reside en la comunidad vicenciana de Casablanca (Zaragoza).

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