Carlos Sobera (exalumno del Colegio de Barakaldo) es noticia

Bilbao. Un elefante le atacó en la reserva tanzana de Ngorongoro el mes pasado. El percance se saldó con una rotura fibrilar, pero el peligro fue muy serio. «He estado a punto de morir», escribió en Twitter.

¿Qué tal está de salud? ¿Ha tenido que hacer rehabilitación?

(se ríe) No, no, no… tampoco me arrolló el elefante. Solo me dio un tirón brutal en un músculo de la parte trasera de la pierna derecha. Pasé cuatro días hecho polvo, pero ya estoy recuperado.

¿Ha afectado este accidente a sus planes de trabajo?

No, en cuanto volví de Tanzania me fui a Barcelona y me puse a trabajar. Al principio pensaba que podía tener problemas para subir las escaleras de Atrapa un millón pero afortunadamente me curé.

¿Exageró en Twitter o de verdad vio la muerte de frente?

(ja,ja,ja) No, la vi de espaldas porque el elefante venía detrás. En serio, fue dramático y te das cuenta después porque todo ocurre muy rápido y el instinto de supervivencia funciona de tal manera que no te da tiempo a comprender lo que está ocurriendo. Cuando corría delante del elefante, que estaba a unos tres metros, venía a rescatarme un coche como los del golf y el conductor se tiró en marcha y huyó porque el elefante y yo nos echábamos encima. Ese fue el momento en que me asuste. Fue cuando esprinté, me pegó el tirón y me quedé clavado; y eso fue lo que misteriosamente hizo que el animal también se parara. Viendo la reacción de la gente del hotel y su preocupación, entendí que había sido grave.

¿No tenían precedentes de turistas perseguidos por elefantes?

No, de hecho en ese parque y en ese hotel tienen mucho cuidado y por las noches no te dejan salir de la habitación si no es con un agente armado porque los búfalos campan a sus anchas en los jardines y son muy agresivos. Pero los pocos elefantes que hay en el hotel, que son salvajes y van cambiando, nunca habían dado problemas.

¿Los elefantes tanzanos son más peligrosos que los de Botsuana?

Pues no sé cómo son los de Botsuana pero como también son africanos me imagino que tendrán mala leche. Igual eso explica por qué Su Majestad iba armado, ja,ja,ja… Los elefantes que deben de ser tranquilos son los asiáticos.

¿A partir de ahora no considerará entrañables a estos animales?

Yo sigo siendo amigo de Dumbo, pero se aprenden cosas. El segundo animal más peligroso de la selva africana es el elefante y el primero el hipopótamo. El mayor número de muertes de turistas en safaris fotográficos lo provocan los hipopótamos. La gente se acerca mucho y son animales muy territoriales y muy recelosos del ser humano y te embisten, te aplastan e incluso te muerden a pesar de ser herbívoros.

«Me caí y eso me salvó», ha contado. ¿La cobardía salva vidas?

Yo creo que cuando ves un bicho de 4 metros de altura y 5 toneladas de peso que viene a por ti con la trompa y las orejas en movimiento, a 40 kilómetros por hora -que es bastante más de lo que corre Usain Bolt-, lo mejor es poner pies en polvorosa.

En el regreso de ‘Cien x Cien’ estuvo con ocho ‘conquistadores del fin del mundo’. En la Patagonia son muy valientes, ¿y en el plató?

También, pero las pasaron canutas. Fue muy divertido, la mejor manera de empezar la temporada.

¿Es un concurso muy distinto a los demás que ha presentado?

Es un formato en el que el tipo de preguntas que se hacen da pie a situaciones muy divertidas, no hay que forzar nada para pasar un buen rato, para ser simpático. El propio concepto del programa lleva a eso de una manera muy natural y eso se agradece mucho.

Lleva 18 años vinculado a ETB, desde los tiempos de ‘Boulevard’ y ‘Arde la tarde’. ¿Es la pantalla a la que siempre volverá?

Yo diría que es la pantalla de la que nunca me voy porque he pasado por Telecinco, Antena 3, TVE…, he ido y he venido, he tenido momentos de gloria y momentos en los que he decidido marcharme o he tenido que hacerlo, pero en ETB he estado siempre, desde 1994 hasta ahora, de forma continuada. Es mi casa, donde he estado permanentemente y además como una elección personal, porque otros cuando les iba bien igual se marchaban y no se planteaban volver. Yo me fui, pero siempre compatibilizando mi marcha con mi presencia en ETB.

Y los espectadores vascos se lo agradecen, todavía recuerdan con cariño ‘Date el bote’…

Es que fue un programón, es de esos formatos que salen cada generación. Es muy difícil encontrar un formato capaz de aglutinar a personas tan distintas, fue un hallazgo. Era un punto de encuentro muy informal entre mucha gente distinta de Euskadi donde se podía hablar con libertad y con mucho sentido del humor sobre cualquier cosa y eso hizo que funcionase muy bien. Duró casi nueve años. El primero lo hizo Jorge Fernández y yo estuve los ocho siguientes; eso es una vida larguísima en televisión, sobre todo en una franja tan competitiva.

Usted se convirtió en un especialista en concursos antes de que el formato volviera a estar de moda. ¿Hay buenas ideas ahora?

Es un formato muy agradecido porque son muy divertidos y muy participativos y suelen plantearse en clave de humor. Hay ideas muy originales, mucha capacidad de sorprender.

Hace 25 años que se licenció en Derecho…

¿Tanto tiempo ha pasado ya?

¿Le gusta que el ganador de un concurso sea justo?

Sí y no. A mí me gusta que la justicia impere, pero los concursos son como la vida. Dependen de muchos factores. Gente que sabe mucho falla o no le va bien por cuestión de pura suerte y gente que no sabe tanto llega hasta el final y gana premios millonarios. Hay que aceptar que esto es un juego y, como pasa en el deporte, a veces no hay justicia.

¿Hay algún concurso que le hubiera gustado presentar?

Sí, claro. Nunca entendí por qué Chicho Ibáñez Serrador no me llamó cuando decidió regresar con el Un, dos, tres. Me hubiera chiflado. Fíjate lo que te digo: yo creo que el Un, dos, tres estaba hecho para mí. Después de Kiko Ledgard y de Mayra Gómez Kemp yo era el presentador para ese formato. Chicho perdió su oportunidad y con eso también se perdió mi sueño.

¿Se siente bien entregando dinero todos los días?

Me siento como el Olentzero, los Reyes o Papá Noel. Apetece hacerlo, sobre todo cuando ves personas que lo pasan mal, que es un perfil de concursante que hace años no se daba tanto porque la gente venía con ánimo más lúdico, con curiosidad por ver la tele por dentro o para probar fortuna. Ahora está aumentando alarmantemente el perfil de quienes lo están pasando económicamente mal, con aprietos muy serios. Formatos como Atrapa un millón están llenos de personas que ven en el programa una posible solución a sus problemas y a veces vienen con un dramatismo que no es bueno para los concursos porque en el fondo son entretenimiento.

Tomado de DEIA

Mitxel Olabuénaga, C.M.

Sacerdote Paúl y Doctor en Historia. Durante muchos años compagina su tarea docente en el Colegio y Escuelas de Tiempo Libre (es Director de Tiempo Libre) con la práctica en campamentos, senderismo, etc… Especialista en Historia de la Congregación de la Misión en España (PP. Paúles) y en Historia de Barakaldo. En ambas cuestiones tiene abundantes publicaciones. Actualmente es profesor de Historia en el Colegio San Vicente de Paúl de Barakaldo.

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