La Misión Vicenciana: algunas Experiencias
Hola, amigo: Quizá ahora te pueda servir, tras haberte comentado lo que básicamente hacemos en el tiempo de preparación de una misión, la narración de un “tiempo fuerte” de misión “en vivo”. Estos días, que estoy en mi casa base, tengo algo de tiempo para dar cuenta de una tarea que además me han pedido los seglares tanto de nuestro Equipo de Misiones como de muchos de los lugares en los que hemos vivido la misma experiencia misionera.
Y comienzo ésta narración insistiendo en una precisión que ya te hice. En los muchos años que llevo trabajando en este campo nunca he vivido dos misiones iguales. El esquema es el mismo o, por lo menos semejante, pero la realidad, como cualquier cuerpo vivo, es individual y única. Y “la realidad” es siempre la que manda. Ya lo volveré a comentar en dos noticias de “tiempo de preparación” que escribiré más adelante.
Tiempo fuerte en Águilas
Te cuento muy sucintamente lo vivido en una ciudad de Murcia, Águilas. San José de Águilas es una parroquia con mucha tradición. Tiene grupos con recorrido de años y también una gran dosis de “costumbres religiosas” y de “práctica sacramental elemental”. Un solo dato puede aclarar esta afirmación: Cada año vienen a recibir la primera comunión unos 200 niños. Y ayer era el día en que de esos 200 niños ninguno continuaba la catequesis tras recibir la comunión. Problemas serio, ¿verdad?
Los objetivos
Tras el Estudio de la Realidad realizado por los distintos grupos de la parroquia y con los consejos que se nos daban en dicho estudio nos marcamos los siguientes objetivos:
- Provocar un mayor sentido de “iglesia de todos y con todos”. Superar el grupismo, e incluso el personalismo. Potenciar el conocimiento y la colaboración de grupos.
- Llevar a un sentido de caridad que desemboque en el compromiso transformador. Señalar a nivel de comunidad parroquial algún compromiso caritativo/social.
- Intentar la formación de grupo en edades más jóvenes, de matrimonios jóvenes para abajo. [Insistir en grupos de familias para mejorar el nivel de educación familiar, necesidad detectada por las catequistas].
- Procurar a partir de todos los grupos, (los que existen o puedan surgir), desarrollar un sentido de formación cristiana que lleve a la trasformación de la realidad, sobre todo de los más necesitados.
- Potenciar la catequesis de poscomunión y de confirmación.
Quiero confesar humildemente que no todos los objetivos se han alcanzado de manera satisfactoria. Pero sí que creemos que se ha avanzado en la línea señalada por dichos objetivos.
Breve relato del Tiempo Fuerte
La primera parte del tiempo fuerte de misión, la que dedicamos sobre todo a las visitas por las casas, fue complicada. Nos encontramos cantidad de gente o que no estaba o que no abría. Águilas, como pueblo de playa, crece en verano y decrece en otoño; y esta pudo ser una de las causas por las que nos encontramos con puertas cerradas. Y este hecho pudo afectar negativamente al equipo de misioneros venidos de fuera.
En el segundo momento, el que dedicamos al Anuncio explícito del Evangelio, unido a las celebraciones y a diversas formas de contacto con la gente, nos pareció observar que el ambiente se iba caldeando: Un grupito de niños, otro de preadolescentes, el de novios y otros grupos de matrimonios jóvenes (entre los cuales cuento 25 personas de una Cofradía) iniciaron un camino esperanzador que desean continuar. A estos colectivos se sumaron todos los grupos que ya existían en la parroquia y algunos nuevos dentro del sector de las personas de más edad.
Así, fue en el tercer momento, el que llamamos de Grupos de Encuentro, cuando un buen número de personas de la comunidad parroquial, dejándose llevar por el viento del Espíritu, creemos que ha iniciado un camino de renovación. Fueron 16 los grupos que funcionaron, la impresión que trasmitieron en la Asamblea final de este tiempo fue de satisfacción; el número de personas que se aprovecharon fue amplio y su carácter: un porcentaje amplio de “poco habituales”.
Todos sabemos que la semilla puede caer en distintos terrenos. Nos lo advirtió Jesús. Pero nosotros confiamos que al menos produzca algún fruto, aunque sea un “15 por uno”; un poco menos que lo indicado por Jesús.
Hubo bastantes más cosas positivas. La experiencia misionera fue más rica. Y si me he contentado con ofreceros estos pocos datos, ha sido con la intención de resaltar algunos que puedan servir, y también por no cansaros y por no ser un cronista triunfalista. Otras notas las dejo para otra ocasión.
Misión en Alhama
Entre el 15 de enero y el 12 de febrero realizamos un tiempo fuerte de misión en Alhama de Murcia, el pueblo donde está ubicada la fábrica boyante de embutidos El Pozo. El pueblo tiene dos parroquias y misionamos sólo la grande, la parroquia de san Lázaro Obispo; la catedral, que dicen ellos.
Algunos me han comentado: estáis trabajando mucho en Murcia. Y quiero decir el por qué. En esta diócesis de Cartagena se están dando dos circunstancias positivas: 1. La labor de contagio de unos curas a otros tras la experiencia positiva de una misión; 2. El interés vivo y práctico de D. Antonio León, delegado de Economía de la Diócesis, que está viendo en la misión un instrumento necesario para hacer efectiva la Nueva Evangelización y se está dedicando a motivar a muchos. Y como nosotros no nos ofrecemos, nos dedicamos a quienes nos llaman.
En esta misión se me produjo una gran sorpresa: Las varias reuniones del tiempo de preparación con el Consejo y los principales Animadores de fe del pueblo y las respuestas al Estudio de la Realidad me parecieron indicar un nivel de compromiso y de aceptación que luego no concordaron con lo que experimentamos en el Tiempo Fuerte.
Un tiempo fuerte un tanto contradictorio
¿Cuál pudo ser la causa? ¿Los fallos en nuestro trabajo? ¿El trabajo, quizá excesivo, y quizá convertido en un dios falso? ¿El descuido y la falta de motivación/formación en el terreno de la fe por parte de los animadores parroquiales que, según el párroco actual, venía de más de 10 años? ¿Una preparación del tiempo fuerte de misión, por diversas circunstancias, precipitada? No lo sabría decir. Pero la conclusión que algunos sacamos es que quizá tendríamos que haber dedicado a la preparación un tiempo especial, algo así como en Águilas, o como estamos haciendo en Zaragoza.
Al final, la impresión que me ha quedado es de una misión buena. No piensa lo mismo el párroco (y quizá muchas personas del pueblo) que consideran que la misión ha sido muy buena. ¿En qué se basan para opinar así? El párroco me decía, “se ha hecho una buena siembre, se han apuntado un montón de caminos nuevos, ahora nos toca a nosotros ir consolidando todas estas cosas, atentos a todo lo que pueda surgir”.
Pero no sólo me quedo con lo que me dijo el párroco; tras el tiempo fuerte, varias personas ven en el párroco el primer y más importante fruto de la misión, pues se está tomando en serio la tarea de evangelizar. Sigue animando la continuidad de la misión, como manifestaba arriba. No se ha quedado en palabras.
El párroco y varios Seglares siguen animando unos grupos que me parecen claves en el futuro de Alhama. Y quiero destacar algunos: 1. Los catequistas tanto de comunión como de confirmación que están iniciando un Plan de Formación (era uno de los objetivos señalados por ellos mismos en el Estudio de la Realidad); 2. Un buen grupo de preadolescentes de 1º y 2º de ESO; 3. Un grupo de Jóvenes que apuntan como “el grano de mostaza” a un futuro prometedor; 4. Un grupo de “parejas jóvenes” (unido al compromiso misionero de dos matrimonios de Murcia que los van a cultivar); 5. Y todo potenciado por la oración: Los sábados un grupo superior a 40 personas se juntan una hora para hacer oración (y luego, por lo menos el primer sábado, se fueron con el párroco a almorzar juntos). [Esto hacían los primeros cristianos uniéndolo a la Eucaristía, ¿no?]
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Y termino este relato al estilo de las noveles de la tele, adelantando un reto que intentaré desarrollar en algún otro artículo. Allá va…
¿Será salirse de tema citar el evangelio? ¿No? Pues voy a hacerlo, porque creo que fue Jesús quien dijo la mies es mucha y los obreros pocos; y creo que también dijo, cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe en la tierra? Ya lo sabías, ¿verdad? Pero me he permitido citarlo como un gran SOS, porque hoy, (el otro día me lo confirmó un Arcipreste), se habla mucho de la Nueva Evangelización. Pero, ¿no os parece que se hace poco? Así que, si alguien quiere unirse a nuestro equipo misionero, le envío la llave para que entre.
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¡Ah! No quiero que se me olvide. En el próximo artículo volveré al tiempo fuerte de misión, pero esta vez para comentar las razones que tenemos para actuar de una determinada manera y seguir un esquema. Trataré de comentar, como dicen los entendidos, los fundamentos evangélicos y teológicos de nuestra forma, (una entre otras), de misionar.
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