Clausura del “Año de la Colaboración” – Familia Vicenciana en Navarra
Trasladada la solemnidad de Santa Luisa de Marillac al 9 de Mayo, también la mesa Coordinadora de la Familia Vicenciana en Navarra, decidió variar la fecha de su Encuentro al sábado 14 de Mayo. De esta manera, en la tarde-noche de Pentecostés, se unió la fiesta de la Santa y la celebración de la Vigilia de Pentecostés, acontecimiento entrañablemente sentido en la tradición vicenciana.
Con este Encuentro se clausuró el “Año de la Colaboración” como vicencianos, en el contexto del Jubileo de la Misericordia, y se anunció oficialmente el que será, a partir del 1º de Enero de 2017, el “Año del Carisma Vicenciano” en su 400 Aniversario (1617-2017).
Para las 5.00 de la tarde, el salón “San Vicente de Paúl” de nuestra Casa de La Milagrosa, de Pamplona, ya estaba completando su aforo y dispuesto a ser ampliado utilizando las dependencias de “Manos Abiertas” (Programa de Acogida a inmigrantes). Nos reunimos 70 miembros de la Familia, entre Voluntariado de AIC, la Asociación Medalla Milagrosa, una digna representación del Colegio Santa Catalina y de la feligresía de la Iglesia, algunos misioneros paúles y una generosa presencia de Hijas de la Caridad de la Ciudad y sus alrededores.
Tras los saludos y bienvenidas de rigor, pasamos al primer “plato fuerte” de la jornada; Sor Carmen Urrizburu compartió, con la agilidad y maestría que le caracteriza, el tema: “Santa Luisa, mujer de Misericordia”. Con textos bien escogidos de Santa Luisa y San Vicente, nos acercó a la espiritualidad de los fundadores que siempre tuvieron en la Misericordia del Padre, su fuente de inspiración para ejercerla entre los más pobres. Al concluir el tiempo programado de exposición, se formaron cuatro grupos de trabajo para seguir reflexionando en el hoy de nuestro ejercicio misericordioso. El posterior compartir sirvió para reconocer, agradecidos a Dios, el don de su Misericordia, regalo que el carisma vicenciano ha sabido asumir y que, cada uno de nosotros, ha de practicar en el día a día, desde la justicia y caridad en nuestras variadas obras y acciones pastorales.
Después de un merecido y entretenido receso, todos los participantes nos trasladamos al comedor “Doce Estrellas” de la Casa. El dinámico Consejo Local de la AMM de Pamplona, ya había coordinado, con el aporte de los diversos grupos y comunidades, una variada merienda-cena para reponer fuerzas y seguir compartiendo fraternalmente como Familia.
Ya a las 8.30 nos fuimos acercando hasta la Iglesia, donde una llamativa y cuidada decoración con cien pequeñas velitas, junto al altar y al solemne Cirio Pascual, nos cautivó ya de entrada. El incomparable templo vicenciano nos ayudó a vivir serenamente el segundo gran momento de este Encuentro; en esta ocasión desde el silencio, la música y la oración…, como decía la hoja de cantos que todos los participantes teníamos en nuestras manos.
Las Hijas de la Caridad coordinaron esta parte celebrativa en forma de Vigilia. La interpretación delicada de Sor Carmen Pombo –al órgano- y la voz acompañante de Sor Carmen Urrizburu, nos condujeron en todo este momento de fe y oración. Tras las invocaciones al Espíritu y el testimonio generoso de María y de los primeros discípulos, fue el mismo Jesús Sacramentado el que centró nuestras miradas y nos bendijo, enviándonos, con el agua de la Pascua, a compartir los dones que habíamos recibido.
Reviviendo el primer Pentecostés que impulsó el caminar de la Iglesia y, recordando aquel otro Pentecostés que lanzó a una nueva entrega a Santa Luisa de Marillac, todos celebramos el nuevo Pentecostés de cada día que nos urge a evangelizar, de palabra y de obra, a nuestros hermanos los más pobres.
Agradecidos por nuestro Carisma en su 400 Aniversario y, dispuestos a seguir celebrándolo con toda la Iglesia, nos despedimos hasta nueva convocatoria. ¡Feliz Pascua de Pentecostés en Caridad y Misión!
Mikel Sagastagoitia, C.M.
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